L I B E R T A D…
Una de las historias que más me conmueven cuando hablamos de libertad, es la de Ingrid Betancourt Pulecio. Colombiana y muy joven ingresó al mundo de la política por la sed de justicia que bullía en su interior. Ya desde la Cámara de Representantes, buscó la salida pacífica al conflicto armado de su país. Por sus valientes intervenciones fue amenazada de muerte en el año 1996. Se postuló a la presidencia de su país en las elecciones del año 2002. En ese mismo año fue secuestrada por las FARC en circunstancias sospechosas y fue retenida por largos 6 años en situaciones infrahumanas en la espesura de la selva. Compartió sus dolores con otros presos políticos pero ella nunca renunció a la libertad de su mente. Con una familia desesperada por verla, sus hijos crecieron su adolescencia sin ella; su madre le inspiró valentía enviándole mensajes radiales a las 4 am desconociendo si su hija los escuchaba. Luchó por su identidad. Nunca se consideró un dato estadístico. Cuando le pedían que “se numeren”, ella siempre contestaba su nombre completo. Intentó escapar más de 5 veces y después de cada recaptura pasó momentos que a ella misma le cuesta describir. En una de sus extensas cartas enviadas a su madre decía: “...la felicidad en esta selva tupida, es triste”. En otro momento y cansada de sufrir, escribió: “vivimos, muertos”. A pesar de su estado de salud y de su dolores más profundos nunca perdió la esperanza de la libertad física. Después de 6 años y varios meses, en el año 2008, fue rescatada. Entonces, como símbolo de lealtad a sus hermanos secuestrados decidió no cortarse el cabello hasta verlos a todos liberados. En su cautiverio se conoció profundamente a sí misma, conoció la Biblia y a Dios.
¡Seamos libres, seámoslo siempre!!
Felices Fiestas Perú.