Gracias Dios...

¡Gracias Dios por mis primeros 50 años de vida!!
No hay idioma que encierre la alegría que se siente al llegar a ésta edad.  Bueno, lo primero que uno piensa es... "llegué".
Si consideramos la vida como un privilegio y que no es casualidad que nos hayan instalado en este planeta... realmente es vibrante llegar a cumplir 50 años.
Hasta hace poco, cuando mi pequeña hija me preguntaba por mi edad, yo le decía que era muy grande y que tenía el doble de edad que ella... jaja. Cada vez que lo hacía me sorprendía de las facciones de su rostro... realmente me consideraba muy grande, y se contentaba.  Ya a inicios de éste año, cuando preparaba mi tiempo de Jubileo... le fui contando que ya cumpliría 50 años de vida. Su primera reacción fue de tristeza. Me preguntó si me faltaba poco para morir... y que si Dios me daría 20 0 30 años más para vivir, a ella también le gustaría vivir la misma cantidad de tiempo.
Pero al transcurrir los meses, su actitud ha cambiado. Al verme tan contenta con mi celebración, ellos también creen que es un privilegio de Dios llegar a ésta edad.
Mi abuela materna, vivió hasta los 103 años... y jamás me olvidaré la fortaleza que ella reflejaba. Curiosamente, ningún nieto quiere heredar la adultez de la abuela. Y tienen razón.  Al final, también es molestia y trabajo. (Salmo).
Es en éste contexto que recuerdo las palabras que siempre me repetía mi padre. "Son ochenta Ruth, me decía... y los más robustos pasan unos años más". El partió a los 81.
Bueno,  les cuento que estoy muy entusiasmada y muy, muy agradecida! Dios es bueno, y allí estamos, listos para empezar los siguientes que él haya planificado para mi vida.

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