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Día 1: Descansar después de una larga noche y madrugada rodeada de la familia. Momentos muy lindos al entregar el 2011 y recibir el nuevo año. Deseos y promesas personales y riquísima comida hecha en casa. Día 2: Agradecidos a Dios por la alegría de la vida, el deseo de seguir creciendo como familia, como pareja, como hermanos, como amigos... Gracias Dios por la felicidad al empezar el Nuevo Año. Te has preguntado por qué mucha gente prefiere pasar las fiestas anonadados por el licor? Quizá sea porque no se quiere tener la conciencia clara para saber lo que se hace, o porque se pretende remarcar los momentos alegres que se pase... lo cierto es que al ver a tantas personas tratando de llegar a sus destinos con el cuerpo bamboleante, la mirada perdida, el aliento pesado y el estómago descompuesto... me pregunto: ¿Habrán sido felices realmente? ¿Habrán comprendido el motivo de la celebración? ¿Habrán sido conscientes para analizar y prometer? Qué delicioso es brindar y saborear una copa de cualquier licor... y mantener la cordura para tener la conciencia de saber CONTAR NUESTROS DÍAS... Hagámoslo así, de tal modo que traigamos al corazón sabiduría.