Inesperado...

Ayer salí con mis hijos por un rato a la playa. Este es un tramo que me gusta mucho porque tenemos que bajar muchas escaleras y me alegra ver cómo me voy acercando hacia la playa y voy entrando a una de las diversiones que más me apasionan.  En un momento dado, me zambullí cerca de mi hijo y mi cabeza se encontró con una piedra grande que había sido levantada desde el lecho con la fuerza del reventón de la ola. En ese instante sólo pensé en salir del agua, ese era mi objetivo. Ya afuera, me senté y les pedí a mis hijos que me tocaran la cabeza que se había hinchado en dos partes a un costado... Me asusté.  Pensé que serían mis últimos momentos de vida, un poco más al costado y podría haber quedado inconsciente.  Al volver a casa pensé en ustedes... Al momento de ducharme le agradecí a Dios... por el privilegio de la vida.
Situación inesperada.  No hay ningún daño sólo el golpe y el dolor que pasará. ¡Un abrazo amigos!

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