El mar...
Uno de los placeres más exquisitos que el ser humano experimenta es el mar. Esa inmensidad de ozono que limpia nuestros cuerpos de adentro hacia afuera... Esas aguas saladas que purifican y esa sensación de sentirse rendido ante algo más grande, profundo, poderoso y juguetón... que nos invita con sus olas pequeñas y sus olas grandes, dentro de ella o sobre su superficie. El mar es bello.
Comprendí su poderío cuando tuve la osadía de lanzarme desde un muelle para sentir su profundidad y lo reconocí. Yo hubiera querido repetirlo mil veces... pero, mis fuerzas limitadas me hicieron desistir.
He sentido la tristeza profunda también de aceptar cómo "escoge" vidas para "saciar" su hambre... y lo he llorado. Ahora, cuando mis hijos la disfrutan tan plenamente, me celebro. Sí, me celebro haberles inculcado el respeto al mar, pero también la libertad de disfrutarla.

