Sanos, Aceptos, Aptos, Perfectos y Amados...

A menudo caminamos por las calles de nuestra vida, buscando respuestas a las circunstancias que nos toca vivir. Aparentemente no encontramos ni personas que entiendan la situación, ni los consejos que quisiéramos oír, ni respuestas...
Entonces es necesario HACER UN ALTO.  Recordar quiénes somos... de dónde procedemos y hacia dónde vamos. Es necesario callar. Enmudecer por un buen rato. Observar, callar y mantener la esperanza incólume.
Los rayos de luz empiezan atravesar y te descubres acepto, apto, perfecto y amado en Cristo Jesús. Revisas los lineamientos de tu posición y comprendes que has recibido mucho de Dios a través de Jesús. No sólo la sanidad física en la cruz del calvario, sino una posición real en Jesús. Tu hermano mayor.
Ahora, levantas la cabeza, no necesitas que la gente te rodee; no estás buscando que entiendan tu situación; no tienes comezón de oír... sólo refrescarte en la sabiduría eterna de Dios escrita en la Biblia... Y allí encuentras TODAS tus respuestas.
Comprendes que siempre has estado acompañada, que eres profundamente amada y que te preparas para disfrutar de muchos regalos que por su perfecta voluntad Dios te ha concedido.
Lo único que tuviste que hacer, fue... Creer.

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