Privilegio...

Esta mañana, luego de cumplir con mis obligaciones de mamá. Atendiendo a mis hijos pequeños con el desayuno esperado,  ayudándolos a apresurarse para llegar a tiempo al colegio, acompañándoles a abordar el bus y a empezar su día gratamente... 
caminé presurosa a las faldas del mar.  ¡Qué privilegio!  Sólo había a mi alrededor unas 50 personas en ese dulce reencuentro con el agua salada.  Habían muchos surfistas disfrutando su momento con el océano,  pocas personas a mi alrededor, caminando y enfrentando el día con otra actitud. Mis ojos, desde arriba, estaban puestos en ese mar inmenso. Mi meta era mojar los pies.  No lo dudé. Bajé y bajé hasta que mis pies se toparon con las piedrecitas humedecidas y luego las chispeantes olas que reventaban en mis dedos que parecían sonreír al contacto de lo tibio con lo mojado.
Hoy desde temprano me recordé, que la vida feliz se hace a cada momento en una "construcción" incesante de buenos momentos. Y aquellos momentos... están siempre al alcance de la mano, mucho más cerca de lo consciente. Sólo hay que hacer, que suceda.  ¡Qué privilegio!

Entradas populares