Plan Rescate...

ADVIENTO

 

El domingo pasado, iniciamos la primera semana de Adviento. El inicio de la celebración del año litúrgico cristiano.

Imagino el planeta Tierra, suspendido en el universo... apenas un punto azul entre millares de millones de otros puntos multicolores,  pero afortunadamente el escogido para la llegada del Hijo de Dios.  Tenía que abrirse la puerta de ingreso a la tierra, y tuvo que ser como ingresamos todos los mortales,  a través del nacimiento. Si esto no hubiera sucedido, hubiéramos seguido esclavizados y envilecidos y alejados de Dios eternamente. Si Jesús bebé hubiera nacido con un título en la frente, habría sido: "Plan Rescate".

Me imagino a Jesús, treinta tres años después... caminando por las calles de Jerusalén, seguro y decidido contra toda presión y adversidad. Su Plan Rescate estaba llegando a su fin. Estábamos listos para ver el cumplimiento de Génesis 3.15.  Jesús sería herido y muerto por 3 días, (una herida en el calcañar) pero el adversario, el perverso, sería herido en la cabeza (una herida mortal). Jesús Resucitaría e iría a sentarse a la diestra del Padre, para interceder por su Iglesia. El adversario sabría, que había llegado el principio de su fin eterno.
Aunque herido de muerte, por los siguientes miles de años seguiría sembrando terror, sufrimiento y destrucción en este valle de sombra de muerte (Osea, un poco de tiempo más) pero Jesús habría dejado entre nosotros a su mayor Representante Su Iglesia y a su Epíritu Santo que es amigo, ayudador, consolador, consejero y guía; y él nos acompañaría a cada uno siempre, hasta el fin del mundo, como lo había prometido; mientras decimos: Sí, ven nuevamente Señor Jesús.

Reconocer el nacimiento de Jesús, es reconocer su resurrección y el éxito de su misión. Reconocer la misión de Jesús, es apropiarse de sus victorias en la cruz.
¡Felices Fiestas Navideñas 2020!

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